Novena en honor a San Juan Bosco

Primer Día

Por la señal de la Santa Cruz 

de nuestros enemigos 

líbranos, Señor, Dios nuestro 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo 

Don Bosco Hombre de Esperanza

Oración Inicial

Oh, Padre Misericordioso, de tu corazón Don Bosco sacó fuerzas para esperar; haz que nosotros tengamos también la esperanza  que nos hace peregrinos,  nos pone en movimiento y  nos hace caminar.

Amén

Sabías que Don Bosco fue un hombre de esperanza porque depositó toda su confianza en Dios y en la ayuda de María Auxiliadora, su Madre y Maestra.

 

Esta esperanza se tradujo en una actitud activa y perseverante frente a las dificultades.

 

Creía firmemente en la promesa del Paraíso y este anhelo lo impulsaba a trabajar incansablemente por la salvación de las almas, especialmente las de los jóvenes. 

 

Su esperanza se alimentaba de la oración constante y la recepción de los sacramentos. 

 

A pesar de las persecuciones, las incomprensiones y los obstáculos, Don Bosco nunca perdió la certeza de que Dios lo acompañaba y guiaba su obra.

Dice Romanos 5:5

“ La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.”

 Pide la gracia que deseas alcanzar de Don Bosco en esta novena.

Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Amén.

Ave María

Dios te salve, María, 
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres 
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. 
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

Gloria

Gloria al Padre
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Amén.

Oración final

A ti, Don Bosco, dirigimos nuestra oración;

Tú eres el Padre, Maestro y Amigo de los jóvenes:

Mira nuestras vidas, nuestros sueños y nuestros miedos,

Enséñanos a mirar al Cielo,

hacia Jesús y María, para que la fe crezca en nosotros.

Caminemos con los pies en la tierra,

Al servicio de los jóvenes más pobres,

amando concretamente a cada persona que conocemos.

Concédenos regocijarnos y estar siempre alegres.

con una vida sin pecado;

Pasemos por las pruebas de la vida.

con la esperanza que inspiró su trabajo.

Enciende en nuestros corazones el deseo de santidad

y ayúdanos a reconocer el sueño que Dios tiene para nosotros.

Amén

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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