Recordemos a Madre Mazzarello Abril 2025

El Amor a la Cruz en el Corazón de Madre Mazzarello

En este caminar de la vida, en ocasiones nos encontramos un poco distantes del corazón de Dios, y eso nos lleva a vivir un poco en superficie, momentos tan importantes para nuestra salvación. 

Hoy Domingo de Ramos iniciamos “otra” Semana Santa, y es una buena oportunidad para vivirla diferente, buscando peregrinar junto al Señor, y darle nuevamente el lugar de “Rey” que se merece, sería muy hermoso que Jesús nos sienta muy cercanos a Él, en estos días en los que revivimos su dolor, la injusticia, su soledad, su muerte…y todo por su entrega de amor extremo, para redimirnos a ti y a mi. Continua leyendo y descubre como Madre Mazzarello, aprendió a vivir con la cruz…

Para Madre Mazzarello, la cruz no fue un mero símbolo de sufrimiento, sino la expresión máxima del amor de Dios y el camino privilegiado para unirse a su Hijo Jesús, para ella una clave fundamental que iluminó su existencia es: el amor a la Cruz

Madre Mazzarello comprendió que en la Cruz, el amor de Jesús alcanza su culmen, un amor «hasta el extremo» (Juan 13:1). Un gesto particularmente elocuente de la Madre era tomar en sus manos el crucifijo que llevaba al cuello y decir: «Él aquí – y luego girándolo e indicando la Cruz –y nosotros aquí» hacía comprender que la vida cristiana implicaba vivir «crucificados con nuestro Señor» 

como dice San Pablo: “He sido crucificado con Cristo, y ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Todo lo que vivo en lo humano lo vivo con la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí” (Gálatas 2, 19- 20) 

No se trataba de buscar el sufrimiento por sí mismo, sino de unirse al sacrificio redentor de Cristo, ofreciendo nuestras propias vidas y dificultades por amor a Él y  a los demás.

Este amor a la Cruz no excluía la alegría, sino que la transformaba. El gozo y la alegría de Madre Mazzarello provenía de la gracia de Dios y del deseo de imitar a Jesucristo. Ella sabía convertir los sacrificios en «dulces y suaves gozos». Esta perspectiva nos invita a encontrar sentido y paz incluso en los momentos difíciles, sabiendo que no estamos solos y que nuestro sufrimiento, unido al de Cristo, tiene un valor redentor con el que podemos sostener también a nuestros hermanos en especial a los que sufren o no saben cómo sufrir.

¿Alguna vez has sostenido con tus sufrimientos a los demás, uniéndote a Cristo en la Cruz?

María Mazzarello también aprendió que la cruz no era un evento extraordinario, sino la trama misma de la existencia, tejida con los hilos de las pequeñas contrariedades, los esfuerzos diarios y las renuncias silenciosas. Su espiritualidad práctica nos invita a descubrir la presencia amorosa de Dios en cada aspecto de nuestra jornada, encontrando también en las cruces diarias una oportunidad para crecer en santidad y unirnos más profundamente a Cristo.

¿y tus cruces de cada día, las unes al sufrimiento del Señor? 

Para aquellos que sienten hoy el llamado a regresar al corazón de Dios, no se queden sordos a su voz,  la vida de Madre Mazzarello es un faro de esperanza. Su amor a la Cruz nos invita a que a través de la entrega, la aceptación de las dificultades con fe y el amor a Jesús crucificado, podemos experimentar la profundidad del amor de Dios y encontrar la verdadera alegría.

Que podamos en esta Semana Santa abrazar nuestra propia cruz con valentía y amor, sabiendo que este es el camino que nos conduce de vuelta al corazón de nuestro Padre celestial, y no dejemos sólo al Señor, oremos que él nos necesita para que “velemos con él” en esta hora que se acerca, y nos lleva a poder decir en fe y esperanza “HOSANNA al HIJO DE DAVID, bendito el que viene en nombre del Señor”

“HOSANNA al HIJO DE DAVID, bendito el que viene en nombre del Señor”

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