Visita a Jesús Sacramentado

Abre el oído de tu corazón

«Orad incesantemente» (1Ts 5,17)

¿Qué es la Adoración Eucarística?

Es ante todo un acto de devoción y veneración dirigida exclusivamente a Dios a través del cual la criatura reconoce la sublimidad y unicidad absoluta de Dios y su total dependencia de Él. 

¿Qué significa Adorar?

Es el acto de fe y de amor de contemplar, alabar, de estar en su presencia real con la certeza que “Él me mira y yo le miro”,  uno de los lugares preferidos para el encuentro con Dios es la adoración. 

¿Con qué actitud vivo este momento?

  • En la adoración me arrodillo ante Dios porque Dios es Dios.
  • No le pido nada, no le hablo al amado Señor de mis problemas, en este tipo de encuentro con mi Dios, no me alabo ni me hago reproches a mi mismo, simplemente entro en supresencia” y le reconozco como mi Señor y mi Creador le demuestro mi amor. 
  • En la adoración no me ocupo de mi mismo, busco mirar sólo al Señor. Me dejo poseer por Él. Cuando Dios está tan cerca de mí no hay sitio para nadie más que Él.

Un ejemplo hermoso de adoración son los magos de oriente que escuchan el anhelo de su corazón, siguen la estrella se ponen en marcha, encuentran al Niño y a su Madre, en ese momento entran y se arrodillan ante Él adorándolo.

  • También nuestro cuerpo adora, el estar de rodillas, inclinar la cabeza, todas nuestras fuerzas interiores corpóreas han de unirse en un silencio para permanecer en su presencia real.

 

  • Adoración se dice “adoratio” en latín y significa literalmente “enviar un beso a alguien”, por lo tanto consistía en llevar la mano y enviar un beso a Dios, o en aquel entonces al emperador. Como vemos es un acto de profundo amor, abandonandome en Él. 

 

  • Un aspecto esencial es mirar al Señor, no del exterior sino del interior y descubro su sentir, y en ello la realidad entera. La mirada dirigida hacia la hostia nos permite ver a Cristo en todos los lugares del mundo.

Una de las oraciones más hermosas que podemos ofrecer a Dios en la adoración es la oración  que tres capellanes en el campo de concentración de Lübeck rezaron antes de ser ejecutados durante el tercer reich.

“ Señor, aquí están mis manos. Pon en ellas lo que quieras.

 Quítame lo que quieras. Llevame a donde quieras. 

Hágase en todo tu voluntad”

Amén

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