AYUNO Es ejercitarnos en ¡NO! vivir en la confusión de un mercado
- Ni en mi interior, “negociando” los valores que son innegociables.
- En medio del “ruido” que no me permite escuchar a Dios – a mi mismo – a los demás.
- Queriendo “comprar” las relaciones, querer consumir la bondad de los demás sin dar nada a cambio.
En el mercado se juega con el precio, en casa no se calcula; en el mercado se busca el propio interés, en casa se da gratuitamente. Y Jesús es hoy duro porque no acepta que el templo-mercado reemplace al templo-casa, no acepta que la relación con Dios sea distante y comercial en vez de cercana y llena de confianza, no acepta que los puestos de venta sustituyan a la mesa familiar, los precios a los abrazos y las monedas a las caricias. ¿Y por qué Jesús no acepta esto? Porque de ese modo se crea una barrera entre Dios y el hombre, y entre hermano y hermano, mientras que Cristo vino a traer comunión, a traer misericordia -es decir, perdón-, a traer cercanía. (Angelus 4-3-2024 Papa Francisco)
¡más casa y menos mercado!
En primer lugar, con respecto a Dios, rezando mucho, como hij@s que, sin cansarse, llaman confiados a la puerta del Padre, no como mercaderes avaros y desconfiados. Primero, rezando. Y, después, difundiendo fraternidad: ¡hace falta mucha fraternidad!