Conmemoración Don Bosco Octubre 2024

La Salesianidad nos lleva a la Santidad

Hablar últimamente de santidad, no es muy común y hasta cierto punto se piensa que es para otros, hoy iniciamos diciendo que la santidad es “para todos”, en todas las edades y contextos que nos encontremos.

Don Bosco, entre los jóvenes internos del Oratorio, es decir entre Rua, Francesia, Cagliero, Rocchietti, Savio, Turchi, Durando, Cerruti, Gavio, Chivarello, Lazzero y muchos otros, quiso ser y fue un auténtico maestro de santidad, ante todo indicó a los jóvenes el objetivo a alcanzar en la vida, que continúa siendo el mismo para nosotros hoy la “UNIÓN CON DIOS” en el “COTIDIANO” a través de la sencilla fórmula de: “ALEGRÍA – ESTUDIO/TRABAJO – PIEDAD”  sigue leyendo y te contamos algo más…

¿Te parece que la santidad es algo lejana, quizá sólo para algunos, o incluso aburrida?

…Pues te contamos que esto no es así, el camino de la salesianidad que Don Bosco vivió primero, nos garantiza que podemos ser santos en lo de cada día

Don Bosco concibió, enseñó y realizó el ejercicio de la santidad de manera sencilla, sin superestructuras ni cosas externas difíciles. El partía del “Estado de Gracia”, es decir:

  • Amor de Dios 
  • Caridad para con todos
  • Cumplimiento exacto y constante del deber diario, como expresión más segura de la voluntad del Padre
  • Sentido del apostolado.

Y todo en una vida de piedad, caminando junto a otros, en una variada y armoniosa  actividad cotidiana que ayuda a hacer las cosas ordinarias con dedicación y compromiso extraordinario.

Una santidad, la que Don Bosco hizo vivir en el Oratorio, fácil, agradable, sólida y segura en su contenido. 

Una santidad alegre – diríamos – como la de San Felipe Neri; pero fuertemente nutrida por los sacramentos y la confianza filial en María Santísima Auxiliadora.

Giovanni Turchi – que entró en el Oratorio en octubre de 1851 y permaneció allí durante diez años – describe así, en los procesos de Don Bosco: «En el momento en que entré en el Oratorio, encontré una piedad de lo que no tenía idea, y debo decir que entendí entonces lo que significaba confesar. Don Bosco era muy celoso en instruir y formar cristianamente a los jóvenes».

Don Turchi continúa: «Don Bosco, atraía a los demás a hacer el bien… supo hacer amable la piedad...». (Cfr. Castano Luigi, 1988 Santità di Don Bosco)

El camino de la santidad de DB fue una obra de la gracia, pero también fue fruto de su esfuerzo personal para el que empleó unos medios y unas determinadas actitudes te compartimos algunas:

a) Búsqueda sincera de la voluntad de Dios sobre su vida. «¡Dios mío! ¿por qué no me señalas de una vez el lugar donde me quieres que recoja estos chicos? Dámelo a conocer y dime qué he de hacer yo». (5 abril 1846, Memorias del Oratorio).

b) Fomentó el deseo sincero de santidad y de tender a la perfección.

c) Generosidad espiritual. Afirmaba Juan Giacomelli : «todo lo hacía, aún lo ordinario, de un modo extraordinario, especialmente lo tocante a religión y caridad» (Memorias Biográficas III 457).

d) Exigencia personal. «.. ponía cuidado especial para agradar a Dios hasta en las cosas más pequeñas» (Memorias Biográficas III 59).

e) Exactitud en hacer las cosas. Dice el biógrafo: «Resalta la exactitud de DB en todo y el empeño que ponía» (Memorias Biográficas III 30).

f) Propósitos de vida. Siempre recordaba los de su ordenación sacerdotal.

g) Pide consejo, se deja guiar. Siempre consultaba a su confesor, al director espiritual y al Papa referentes a su vocación y su misión. (Tomado de Don Bosco hombre del Espíritu, Salesianos León)

Hoy se nos invita nuevamente a la “Santidad salesiana amable y alegre”, vivamos cada momento haciendo todo lo ordinario de forma extraordinaria y por amor a Dios y a los hermanos…

¡Dios te quiere Sant@!

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