La sabiduría de lo simple: la santidad del cotidiano
Hoy queremos conversar de tú a tú sobre esa tensión constante que todos sentimos en el día a día: la búsqueda de la alegría profunda en medio del dolor y el ajetreo diario. ¿Cuántas veces sentimos que nuestra fe y el cotidiano van por caminos separados?.
Parece que la luz espiritual solo brilla en momentos especiales, dejándonos a oscuras frente a los problemas reales.
Nosotros creemos que esta lucha es parte de la aventura humana, pero también sabemos, al estilo de Don Bosco y Madre Mazzarello, que la vida diaria es el lugar fundamental de nuestro encuentro con Dios. Si no sabemos encontrar al Señor en nuestra vida ordinaria, no lo encontraremos nunca.
La Salesianidad Digital en el Corazón del Día a Día
La espiritualidad salesiana se caracteriza por un marcado orientación a la acción y a la caridad educativa. Don Bosco fue un hombre laboriosísimo, cuya santidad se tradujo en un continuo ejercicio de caridad cristiana hacia el prójimo. Para nosotros, vivir la fe es hacer de lo ordinario algo extraordinario, al alcance de un clic y, sobre todo, al alcance de nuestra voluntad.
Aquí te compartimos 7 claves inspiradas en la pasión por Dios y por la misión que forjó la santidad de Don Bosco y Madre Mazzarello:
1. Prioriza la Mística de la Acción
Don Bosco nos enseña que la reflexión es indispensable, pero el primado es del aspecto práctico y operativo. La santidad para nosotros no es quietismo, sino caridad activa. Si nos dedicamos con amor a lo más intrascendente de las acciones diarias, aquello rebosará de la trascendencia de Dios.
2. Transforma tu Trabajo en Oración
El programa práctico de la espiritualidad salesiana se resume en Trabajo, oración y templanza. La clave es lograr la fusión natural y serena entre la acción y la oración. Don Bosco nos enseñó a reconocer la presencia operante de Dios en nuestro quehacer educativo y sentirla como vida y amor. Simplemente, haz de tu deber un encuentro con el Padre.
3. Asume la Dimensión Sacramental de tu Vida
Por el bautismo, tú eres otro Cristo (alter Christus). Tu existencia entera se convierte, en cierto modo, en signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad del género humano. Al cumplir con el deber de cada momento, estás habilitado para hacerle presente a Cristo de manera verdadera y eficaz en el mundo.
4. Haz de la Alegría tu Bandera
El lema salesiano es «Servite Domino in laetitia» (servir al Señor con alegría). La alegría es un fruto del Espíritu y un elemento estabilizador. Incluso en el dolor o la desilusión, la sencillez y la buena cara son también una forma de ascesis salesiana.
5. Cultiva las «Pequeñas Virtudes»
No necesitamos grandes mortificaciones o penitencias extraordinarias. El camino es el ejercicio cotidiano de las virtudes que son solicitadas día a día: paciencia, humildad, diligencia, dulzura y el no rendirnos ante la desilusión. La templanza salesiana es ese equilibrio constante que nos mantiene en “estado atlético” para la misión.
6. Inserta a Cristo en la Entraña de las Cosas
Debemos colocar a Cristo «en la entraña de todas las actividades de la tierra», en la quietud de los campos, en el fragor de las calles, en la intimidad de las familias. Él mismo lo dijo: ***“Y yo, si fuere levantado de la tierra, atraeré todas las cosas a mí” (Jn 12, 32)***. Al trabajar con rectitud, estamos levantando la Cruz y mostrando a Cristo triunfante en lo ordinario.
7. Vive y Comparte en Comunidad
La vida cristiana auténtica se distingue por el amor mutuo, haciendo de nosotros «un solo corazón y una sola alma» (cor unum et anima una). No somos versos sueltos, sino parte de un mismo poema divino. Comparte con alegría y acoge el apoyo fraterno en las fatigas del cotidiano.
Hemos visto que el secreto de la Alegría Salesiana está en la unión de vida con Dios, transformando cada momento en una liturgia. Nuestra fe no se limita al templo, sino que se vive en el lugar más material de la tierra.
Te invitamos a practicar hoy mismo esta «unión con Dios en el cotidiano». Y si estas 7 claves han iluminado tu día, ¡comparte esta «Salesianidad Digital» en tus redes! Ayudemos a otros a descubrir que, aunque enfrentemos tribulaciones y angustia, estamos seguros en el amor de Dios: ***“En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8, 37)***.
Oración del cotidiano salesiano
Padre bueno, te damos gracias por el don del Espíritu Santo, que nos hace tus hijos en el Hijo. Te pedimos la fuerza para seguir los pasos de Don Bosco y Madre Mazzarello, para que nuestra alegría no dependa de lo fácil, sino de tu presencia amorosa. Que en el trabajo y en la familia de cada día, sepamos verte y amarte, haciendo de nuestra vida un sacrificio vivo agradable a Ti. Amén.