"Antes de la cruz… Jesús pasó por casa de sus amigos."
Ora: Iniciemos este día en nombre del Señor

Señor Jesús, en este Lunes Santo quiero abrirte mi casa, como Marta, María y Lázaro.
Quiero que entres en mi día, en mis heridas, en mis dudas.
Enséñame a abandonarme en tu amor que no me juzga, que no exige explicaciones, que simplemente se deja tocar.
Hoy quiero aprender como Tú a dejarme amar, aunque no lo entienda.
Porque Tú, con humildad infinita, te dejas amar primero.
Toca mi corazón, Señor, y llénalo con tu perfume de amor gratuito que transforma todo.
Ayúdame a volver a Ti sin miedo, a tu perdón que siempre me espera, a tu ternura que nunca se cansa.
Como en Betania, quiero que mi vida se llene de tu presencia y tu esperanza.
Que este día me recuerde que no estoy solo:
Tú estás conmigo… y me amas sin medida.
Amén.
Lee: Caminemos con Jesús
Evangelio según San Juan
(Jn 12, 1-11)
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo:
«Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra del Señor.
Medita: Contemplemos al caminar
Descubramos al caminar
Escucha: Caminemos al ritmo del Señor

Quizá el paso que te toca hoy no es hacer más…
sino simplemente dejarte amar por Dios.
Volver, reconciliarte, abrirle la puerta al perdón.
Porque en esta Semana Santa,
la esperanza comienza cuando dejamos de huir de su amor.

¡Compártelo en tus redes sociales!
