Recordemos a la Madre Mazzarello febrero 2025

Madre Mazzarello nos cuenta:

“Cómo Vivir las Relaciones Familiares al Estilo Salesiano”

Seguro que más de una vez has sentido que la familia es un lugar de amor, pero también de desafíos. A veces, las conversaciones se vuelven rutinarias, los conflictos desgastan la convivencia y pareciera que cada quien va por su camino. Pero, ¿qué pasaría si en nuestra casa viviéramos nuestras relaciones con escucha, diálogo y acompañamiento real?

 

Eso fue lo que construyó Madre Mazzarello en su comunidad de Mornese. Para ella, la familia no era solo de sangre, sino cualquier grupo de personas que vivían juntas y aprendían a amarse como hermanos. Hoy, su ejemplo nos invita a preguntarnos: ¿cómo podemos vivir nuestras relaciones familiares de forma más profunda y auténtica?

La familia se fortalece cuando realmente nos escuchamos.

Vivimos en un mundo donde cada quien está pegado a su celular, donde las respuestas son automáticas y donde parece que no hay tiempo para detenerse a escuchar de verdad. ¿Te ha pasado que alguien de tu familia te habla, pero tú sigues en el celular o pensando en otra cosa?

Madre Mazzarello, experimentó la importancia de escuchar con el corazón ella consideraba que era la base de una familia o comunidad fuerte. En Mornese, cuando una hermana estaba preocupada, ella no la interrumpía ni intentaba solucionar el problema de inmediato. Primero, escuchaba con paciencia, dejaba que la otra se expresara y solo después hablaba con amabilidad.

Cómo nos invita la Palabra «Que cada uno sea pronto para escuchar, lento para hablar y lento para la ira» (Santiago 1,19).

Un buen diálogo construye puentes en la familia

¿Cuántas veces en casa las conversaciones se reducen a “¿Cómo te fue?” – “Bien” – “Ah, qué bueno”?

 

Para Madre Mazzarello una familia unida es aquella que habla con sinceridad y profundidad. La sinceridad la podemos entender un poco más, pero la profundidad va a nacer propio del amor e interés por el otro. La Madre, en su comunidad, cuando una hermana tenía un problema, ella no minimizaba lo que el otro sentía, sino que la animaba con palabras llenas de esperanza y confianza en Dios. 

 

En una de sus cartas, escribió: “Ánimo, no te desanimes. Aquí todos te queremos y estamos contigo”. En Mornés las hermanas, alumnas  y toda la comunidad buscaban como dice el libro de los Proverbios de hablar:  «Una palabra oportuna, ¡cuán buena es!» (Proverbios 15,23).

Quizás en este día Madre Mazzarello te está invitando a atreverte a hacer preguntas más profundas a tus seres queridos. No quedarte en la superficie, sino a expresar lo que sientes y ayudar a que los demás de tu casa también lo hagan. 

Caminar juntos: Porque la familia es un equipo

Madre Mazzarello te pregunta: ¿Cuántas veces en tu casa has vivido que parece que cada quien va por su lado? Trabajo, estudios, amigos… y cuando nos damos cuenta, casi no compartimos tiempo juntos.

Madre Mazzarello repetía a sus hermanas: “No estamos solas, caminamos juntas”.  

La Madre una vez, una joven quería dejar el convento porque su madre sufría mucho al verla lejos. En lugar de insistir en que se quedara, Madre Mazzarello la envió de regreso con su familia para que juntas encontrarán la paz. Luego, cuando fue el momento adecuado, la joven volvió con más confianza y alegría.

Esa capacidad de comprensión, de unos con otros es lo que nos permite caminar juntos, que tanto el más pequeño de casa como el más grande puedan expresar su sentir, y desde ahí con respeto y compresión buscar caminos. Así nos lo propone la Palabra de Dios es «Mejor son dos que uno, pues si caen, uno levanta al otro. Pero, ¡ay del que está solo y cae, pues no tiene quien lo levante!» (Eclesiastés 4,9-10).

Es necesario que no te dejes tentar por la autosuficiencia, individualismo y aislamiento; dedica tiempo para estar junto a los tuyos. No esperes a que sea Navidad o un cumpleaños para compartir. Pequeños momentos diarios pueden hacer la diferencia, y permitir a tú familia vivir más serenos y felices.

La familia se vive con alegría y fe

Si algo tenía Madre Mazzarello es que nunca dejaba que el ambiente se volviera tenso o pesado en la comunidad

En una ocasión, una joven estaba angustiada porque había dejado caer un balde en un pozo. Temblando, fue a contárselo a la Madre, quien simplemente rió y le dijo con dulzura: “¿Te preocupas por eso? Tranquila, el balde está a salvo en el pozo y lo recuperaremos”.

Así vivía en su comunidad: con un espíritu ligero, con humor y con confianza total en Dios. Que importante es en la familia tomar las cosas con humor, no dejes que la rutina convierta la convivencia en algo monótono o tenso. Ríe con tu familia, encuentra momentos de alegría y comparte la vida con gratitud.

 

Hoy Madre Mazzarello te pregunta: Si hoy miraras tu hogar, ¿qué tipo de relaciones estás construyendo? ¿Se escuchan de verdad? ¿Se hablan con cariño? ¿Se acompañan en el camino?

La familia no es perfecta, pero cuando hay amor, escucha y diálogo, se convierte en el mejor  equipo y lugar para crecer.

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