"¿Y si todos lleváramos un pequeño Judas dentro?"
Ora: Iniciemos este día en nombre del Señor

En este Miércoles Santo Señor Jesús, quiero mirarme al espejo con sinceridad. Reconocer que muchas veces, como Judas, he puesto precio al amor, esperando algo a cambio de mis gestos, mis palabras, incluso de mi fe.
Me cuesta amar sin condiciones, orar sin pedir, estar sin exigir.
Pero Tú me invitas a un amor distinto:
un amor que no calcula, que no usa, que no negocia.
Un amor que simplemente se da… como el tuyo, y es gratis.
Hoy quiero aprender a amar como Tú: sin ataduras, sin intereses, sin medida.
Quiero dejar atrás la lógica del intercambio y abrazar la libertad de quien ama porque ha sido amado primero.
Enséñame a dar lo mejor de mí sin esperar devolución, a estar con los demás con el corazón abierto, a orar solo por el gozo de estar contigo.
Que este día me libere de mí mismo… y me acerque Amén.
Lee: Caminemos con Jesús
Evangelio según San Mateo
(Mt 26, 14-25)
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
«¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?».
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?».
Él contestó:
«Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle: “El Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”».
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
«En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar».
Ellos, muy entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
«¿Soy yo acaso, Señor?».
Él respondió:
«El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!».
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
«¿Soy yo acaso, Maestro?».
Él respondió:
«Tú lo has dicho».
Palabra del Señor.
Descubramos al caminar
Escucha: Caminemos al ritmo del Señor

Esta Semana Santa, volvamos a Dios.
Volvamos en familia.
Enseñemos a nuestros hijos a amar como Él: sin condiciones.
Hoy es el día de dejar la traición…
y abrazar la esperanza.
Jesús te espera

¡Compártelo en tus redes sociales!
