Conmemoración Don Bosco Marzo 2025
¿Por qué Don Bosco tenía gran devoción al Vía Crucis y a la Pasión de Cristo?
¿Alguna vez has sentido que la vida es difícil?
Problemas familiares, laborales, decisiones que parecen imposibles, errores que nos pesan… Todos pasamos por momentos de sufrimiento. Ahora, imaginemos cómo se sentían los jóvenes de Valdocco, muchos de ellos huérfanos, pobres, sin oportunidades.
Don Bosco entendió que la clave para enfrentar el dolor de la vida no era evitarlo, sino aprender a darle un sentido y llevarlo con Jesús. Y para eso, les enseñó algo muy concreto: el Vía Crucis, no como un simple rezo, sino como un camino que nos conduce a la Resurrección.
Cuando pensamos en el Vía Crucis, a veces lo vemos solo como la historia del camino de dolor de Jesús. Don Bosco, les enseñaba a los jóvenes del oratorio que cada estación es una lección de amor:
- Jesús no sufre porque sí, sufre porque nos ama.
- Cada paso, cada caída, cada herida tiene un propósito: nuestra salvación.
Él enseñaba que cuando meditamos en la Pasión de Cristo, aprendemos lo valiosos que somos para Dios. Cuando caminas con Jesús en el Vía Crucis, aprendes a amar como Él.

En Valdocco, Don Bosco siempre como un buen padre no imponía grandes sacrificios, sino que enseñaba y pedía a todos aprender a ofrecer pequeñas cosas con amor al Señor, en el cotidiano, él deseaba que en nuestro carisma se viviera el sacramento del día a día caminando con Cristo, como en el vía crucis con pasos pequeños como:

Evitar una pelea
(Jesús calló cuando lo insultaban).

Ayudar a alguien sin esperar nada a cambio
(como Simón de Cirene ayudó a Jesús con la cruz).

No quejarse por un problema y confiar en Dios
(como Jesús aceptó la voluntad del Padre)

Mirar tu propio sufrimiento con los ojos de Jesús.

Ofrecer pequeños sacrificios con amor.

Confiar en que después de cada cruz, siempre viene la resurrección.

Él se aseguraba que en Valdocco no se viviera la cuaresma como un tiempo de tristeza, sino como un tiempo de preparación alegre y esperanzada para la Pascua.
Siempre el centro de la vida salesiana es la resurrección, por lo que la Cuaresma era un camino hacia esa meta y el viacrucis un medio de permanecer unidos con el Señor.
¿Cómo podemos vivir esta devoción hoy?

Reza el Vía Crucis, aunque sea una sola estación al día

Cuando tengas un problema, en vez de quejarte, dile a Jesús: “Te ofrezco este sufrimiento por amor a Ti.”

Perdona, aunque cueste. El perdón nos hace libres.

Ayuda a los que sufren, con pequeños gestos de amor.
Don Bosco nos enseñó que mirar a Jesús en la cruz no es solo para sentir tristeza, sino sobre todo para aprender a amar como Él.

¡Preparemos nuestra alma para la ya próxima Semana Santa !
