Día 5 Novena al Espíritu Santo

Fortaleza: esperanza que no se rinde

Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Padre nuestro…

Oración por los siete dones del Espíritu Santo

Oh, Señor Jesucristo,
que antes de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo
para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos,
dígnate concedernos el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en nuestras almas
la obra de tu gracia y de tu amor.

Concédenos:

el Espíritu de Sabiduría para aspirar a lo eterno,

el Espíritu de Entendimiento para abrazar tu verdad,

el Espíritu de Consejo para caminar con rectitud,

el Espíritu de Fortaleza para resistir en la lucha,

el Espíritu de Ciencia para reconocerte en todo,

el Espíritu de Piedad para amarte filialmente,

y el Espíritu de Temor de Dios para vivir con humildad y reverencia.

Sella, Señor, nuestro corazón con tu Espíritu,
y anímanos a seguirte con alegría. Amén.

Cita Biblica

«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece»
Filipenses 4:13

El Don de Fortaleza

El Don de Fortaleza es la fuerza del Espíritu que nos levanta desde dentro. Es la gracia que sostiene cuando la voluntad humana se debilita, cuando el miedo nos detiene o cuando el cansancio amenaza con apagarnos.

Este don no quita las dificultades, pero nos da una capacidad nueva para atravesarlas con fe. Nos hace constantes en el bien, valientes en el amor, perseverantes en la misión.

Es el don de los que aman sin ser vistos, sirven sin reconocimiento y permanecen cuando todos se van. Es la fuerza que sostiene al que lucha contra una enfermedad, al que perdona con esfuerzo, al joven que elige lo correcto aunque esté solo.

Madre Mazzarello, en medio de su enfermedad, escribió a una hermana:

“Cuando el trabajo es duro, y el cuerpo no responde, repítete con fe: ‘Señor, por amor a ti’. Eso da fuerza.”

— Cartas de Madre Mazzarello, n. 35

Ella conocía bien este don. Aunque su salud era frágil, su corazón era fuerte. Lo suyo no fue fortaleza de músculo, sino de alma. Y esa es la que transforma el mundo.

Hoy el Espíritu nos recuerda que no se trata de poder con todo, sino de dejar que Él nos sostenga en todo.

Reflexión

¿Has sentido alguna vez que ya no puedes más? ¿Que la lucha es larga y la fuerza te abandona? La buena noticia es que el Espíritu Santo viene precisamente en ese momento

Ser fuerte no significa no tener miedo, sino seguir adelante a pesar del miedo. El don de Fortaleza nos ayuda a no rendirnos, a mantenernos firmes en la fe cuando todo tiembla, a levantarnos cuando caemos.

La fortaleza no es ruido ni orgullo. Es seguir caminando cuando nadie te ve, resistir la tentación, sostener una sonrisa en medio del cansancio, ser fiel a Dios incluso cuando parece que no responde.

Hoy, no temas mostrar tu debilidad. Preséntala al Espíritu, y Él la transformará en valor, en perseverancia, en paz profunda.

Petición del día

Espíritu Santo,
dame tu fortaleza.
Hazme firme en el amor,
valiente en la prueba,
y perseverante en la fe.

Sostén mi esperanza
cuando parezca apagarse,
y recuérdame que tú siempre estás conmigo.

Oración Final

Ven, Espíritu de Fortaleza,
derrama tu fuerza sobre mi debilidad.
Hazme constante sin endurecerme,
valiente sin perder la ternura,
y lleno de esperanza
aunque todo me cueste.

Todos:

María Auxilio de los Cristianos

Ruega por nosotros.

Amén.

¡Compártelo en tus redes sociales!

Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Email
error: Contenido protegido