COMO MARÍA, ACTIVA LA ESPERANZA… CON EL SEÑOR

El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: Su nombre es santo. (Lucas 1, 39-47)

El Magnificat de María nos recuerda muchas cosas importantes, pero quizás la más fundamental es que la Virgen reconoce y proclama que:

 Es Dios quien la miró e hizo grandes cosas por Ella.

¡Fue Dios quien ayudó y consoló! … y exactamente lo mismo que hizo por Ella, lo continúa haciendo por cada uno de nosotros, y eso nos llena de gozo y esperanza.

Porque corremos el riesgo de pensar que todo lo que realizamos se traduce en nuestro esfuerzo, nuestro compromiso, nuestra voluntad… La Virgen reconoce y proclama que lo bello y noble que descubrimos en Ella,  es don de Dios.

Activar la esperanza como María significa aprender a reconocer y proclamar, las grandezas de lo que Dios ha realizado en ti.

Somos más que nuestros límites, defectos y pecados, somos sus hij@s, obra de sus manos con la seguridad de que siempre podemos regresar a su corazón. 

Esa es la «esperanza activa» que renueva nuestra relación con el Señor…

cambiemos hoy y transformemos el mañana. 

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