Madre Mazzarello, En el “Patio salesiano”
En este mes de agosto tan lleno de fiestas salesianas, nos encanta encontrarnos con ustedes en uno de los lugares más queridos por Madre Mazzarello y Don Bosco… “El Patio Salesiano”.
El “patio salesiano” es una palabra mágica que llama de inmediato a la mente a pensar en colores y animación, movimiento de niños y jóvenes, religiosas y sacerdotes jugando en medio de ellos (Cfr. Carta de 1884) voces alegres, y música; en la mente de nuestros fundadores, el patio es el ambiente más encantador y más pedagógico, lugar para animar a tomar la vida en serio, para apasionarse en el servicio y arrastrar al entusiasmo de un encuentro con el Señor Jesús en el cotidiano. (Cfr. Cantera Abierta, LAS Roma, introducción )
Llegar “allí donde ell@s están”. Esta expresión nace de una real y sana preocupación que debería habitar nuestras familias y comunidades educativas, como lo era para María D. Mazzarello que, desde los tiempos del taller, confiaba a su amiga Petronila: “El domingo asistimos a las niñas en la iglesia, les impartimos el catecismo; cosas buenas. Pero después de la instrucción y las sagradas funciones, ¿dónde van las muchachas? ¿Qué hacen?
Están demasiado abandonadas a sí mismas y en peligro de ofender al Señor, esto no me deja tranquila. […] Ahora bien, si en los días festivos las reuniésemos en nuestro taller y les procurásemos diversión en el patio, las tendríamos siempre bajo nuestra mirada y las preservaríamos de los peligros. ¿Qué te parece?” (MACCONO Ferdinando, Santa Maria Dominga Mazzarello, Cofundadora y primera Superiora general de las Hijas de María Auxiliadora I, Turín, Instituto FMA 1960, 126.)
El patio es el “lugar simbólico” de la relación educativa salesiana donde, con encuentros breves y personales, tradicionalmente identificados con la “palabrita al oído”, se pueden encontrar a los jóvenes en el momento de la espontaneidad y transformar ese momento en una preciosa ocasión de formación del y en el cotidiano, de conocimiento mutuo, de amistad sincera.
En estos momentos necesitamos de “nuevos patios” que se proyecten y se re-inventen para presentar a los jóvenes un Dios simpático, cercano a cada persona, interesado por la vida de cada uno. Patios con asistentes, que escuchen, guíen y acompañen en el crecimiento, dejando espacio al protagonismo del joven, recordando que en el patio cabemos TODOS. (Cfr. Cantera abierta, LAS Roma, #65)
Se afirma en uno de nuestros Capítulos Generales: “Vivir la vida de sus alumnas, ponerse en contacto directo con ellas, con cada una. No desde la cátedra, sino en el patio, son los verdaderos resultados del Sistema de Don Bosco, de la educación… en esto especialmente está su originalidad (Actas del Capítulo general IX, en 1928)
Madre Mazzarello lo tiene muy claro e invita constantemente a las primeras hermanas: Hagamos bien nuestros recreos; aquí es donde se ve si una ha rezado bien por la mañana y si ha hecho bien sus prácticas de piedad (Cfr. Cron 3,248)
El sentido del humor, la alegría, la buena relación con los demás, (que se aprende en el patio) solo pueden nacer como dice Madre Mazzarello, de un corazón que se encuentra en paz, cumple con su deber y “ama mucho al Señor”
Todos podemos crear un espacio de “patio salesiano», en nuestras familias, grupos de iglesia, oficinas… que puedan ser un respiro y un lugar de encuentro y crecimiento con Dios, los demás y nosotros mismos, y todo al estilo de Madre Mazzarello y Don Bosco en alegría, diversión pero sobretodo sin pecado.
¿Tienes un patio salesiano en donde vives?
¿Hay Gracia de Dios, en tus formas de divertirte o son diversiones que te alejan de Él?