Que la verdad nos acerque a la luz como a Madre Mazzarello

Hemos avanzado en el camino cuaresmal y ya cerca de Semana Santa, Madre Mazzarello nos recuerda que la Verdad es esencial para caminar en la luz, y así “ celebrar” de corazón la Pascua.

Una característica muy salesiana es la rectitud de intención, es decir conocer ¿qué nos motiva o desmotiva en nuestro interior para realizar o no realizar ciertas acciones? en la medida que seamos responsables de ver la verdad, caminamos en rectitud de intención y eso nos lleva a la luz.

¿Te atreves a caminar en la verdad?

El que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.» (Juan (3,14-21)

María Mazzarello, desde muy joven amo la “rectitud de intención”, se ejercitó en caminar en la verdad, en la transparencia, en ser persona de una pieza, sin doblez; eso es lo que nos lleva a la luz, cuando al hablar con nosotros mismos, vemos con valentía a la luz del Espíritu lo que nos sucede y aprendemos a llamar las cosas por su nombre. 

Llamar las cosas por su nombre, desde los ojos de Dios nos permite estar con mayor serenidad y libertad ante las situaciones de la vida. Caminar en la verdad requiere valentía y escucha atenta al Espíritu Santo, para que las cosas no se queden a nivel de comprensión únicamente humana, sino nos ayuden en un crecimiento interior ¿qué situaciones “no” estás queriendo llamar por su nombre? (aunque lo sabes) ¿qué situaciones no quieres mirar?

Veamos a María Mazzarello:

Después de las últimas recomendaciones de Don Bosco acerca de la fundación de Nizza Monferrato, la Madre piensa que será una casa muy distinta de las otras y que decidirá grandes cosas.

En público y en privado habla sobre este particular con las Hermanas y les dice que hay que estar preparadas para todo, incluso para dejar Mornese. 

En sus conferencias… exhorta a la corrección, a la perfecta observancia de las Constituciones que tiene en la mano todavía manuscritas y que besa con respeto, explicándolas después con sencillez y de forma práctica, con palabras francas y seguras, sin temor a ofender o herir a nadie. 

Combate enérgicamente la falta de sinceridad, la propia excusa, la ligereza, los defectos contrarios a la caridad fraterna; recuerda el deber de estar en la presencia de Dios, la rectitud de intención, la fuga del pecado, hasta del más insignificante. Tiene momentos de una unción tan santa e irradia una luz tan celestial que enternece los corazones, doblega las inteligencias y obliga a confesar: «Es realmente el Señor quien pone las palabras en su boca». (Cronohistoria II pág 285)

Tenía la costumbre de decir: “Sirvamos fielmente al Señor, trabajemos con rectitud de intención, suframos con gusto y el Señor no nos abandonará” “No temamos, la Providencia pensará en nosotras” “No nos desanimemos, que después el Señor nos dará el cielo” (Mac 2, 187 – 188)

“Aconsejaba continuamente que se trabajara con rectitud de intención; que no se trabajara por fines humanos, sino sólo por agradar a Dios” (Mac 2, 162)

La Madre Mazzarello hoy te pregunta:

 

Estamos por llegar a la Pascua ¿tu corazón se encuentra en la verdad con Dios, contigo mismo y con los demás?

¿Qué situaciones merecen rectitud de intención y que llegue la luz?

ES HORA DE REGRESAR A DIOS CON LA RECONCILIACIÓN

¡Madre Mazzarello, ruega por nosotros!

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