MIÉRCOLES SANTO
¡Cuántas veces he dicho con nostalgia, o con vergüenza: “es que volví a caer”! Mis padres me ven y no saben lo que vivo, me asfixio y no hay con quien hablar, mis “amigos” me presionan y repiten constantemente consume como nosotros, eso te ayudará, sé como nosotros, disfrázate con modas, entrégate para que te usen como la mayoría está dispuesto a hacerlo, siento que me he traicionado, he negociado con mis valores…yo no era así…
Me siento triste y deprimido, comprendo que mis padres y familia están ocupados, ellos también luchan por salir adelante cada uno, sin embargo, hace unos meses encontré un amigo en la universidad que me ha invitado a ir a un grupo juvenil, he ido un par de veces, tienen algo diferente y he retornado un poco a Dios, he recordado la Cruz, he iniciado a sentir que puedo vivir distinto, aquí he encontrado un poco de paz, tengo esperanza de regresar a la alegría que antes me caracterizaba…
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, a los sumos sacerdotes les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?» (Mt 26, 14-46)
TRAICIÓN A CRISTO
Sufrimiento de negociar lo no negociable
Nada tan doloroso como llevar la huella de la traición de los que nos aman, una traición no se improvisa, y cuando surge ya no ve más allá del propio egoísmo, es capaz de negociar lo no negociable, ya no importa…en estos tiempos, se deja la huella de la traición con relativa facilidad, la confianza de los padres, de esposos, de amigos, de colegas de trabajo, de Dios, no son del todo importantes, en fin…se inicia con una vida de intrigas, mentiras y apariencias, es un círculo vicioso… son pequeñas o grandes traiciones, que protagonizamos, destruimos vidas, familias ¿a cambio de? …dinero, fama, “amor”, afirmaciones, puestos, una lista que se puede agrandar.
Judas ya había comenzado su traición cuando se separó de la comunión con el Señor y con los demás, inició a hacer las cosas solo, se aisló, y aferró al dinero tomando como excusa a los pobres, perdió de vista el horizonte de la gratuidad y de la entrega hasta permitir que el virus del orgullo infectase su mente y su corazón, transformándolo de «amigo» (Mateo 26, 50) en enemigo y en «guía de los que prendieron a Jesús» (Hechos 1, 16). “Con un beso traicionas al Hijo del Hombre” (Lc. 22, 48)
Judas había recibido la gran gracia de formar parte del grupo de amigos íntimos de Jesús y dejó de ser discípulo y se puso por encima del Maestro. Lo vendió y con el «precio de su iniquidad» compró un terreno que no produjo frutos sino que se impregnó con su sangre (cf. Hechos 1, 18-19). Prefirió la muerte a la vida (cf. Deuteronomio 30, 19; Sirácida 15, 17) los once restantes eligieron, en cambio, la vida y la bendición.
Siempre que traicionamos a una persona, traicionamos también al Señor, huimos como Caín, al estilo Judas nos alejamos de Dios, ¡en ese momento cuidado!, recurramos a la fuerza de bien y de esperanza que se encuentra dentro de nosotros, para romper la duda de que podamos ser perdonados, esa falta de fe atacó a Judas, que no creyó en la misericordia de Dios…y murió para siempre! No te olvides Dios nunca se cansa de perdonarnos. ¡Créelo!
EN MI MIÉRCOLES SANTO SEÑOR, YO TAMBIÉN QUIERO:
- RECONOCER MIS TRAICIONES: Dibuja en una página la huella de tu mano …y escribe dentro tus pequeñas o grandes traiciones llamándolas por su nombre.
- PEDIR PERDÓN a los que he traicionado.
¿En qué momento he actuado como Judas, traicionando la amistad y la confianza?
- PERDONAR CONFIANDO EN TU MISERICORDIA: por las traiciones que también he recibido, ora en este día por los que te han hecho daño, ofreciendo tu sufrimiento por su conversión.
Repite esta frase durante el día…
Señor, ayúdame a esperar contra toda esperanza, tu pascua está cerca.