Novena en honor a San Juan Bosco

Cuarto Día

Por la señal de la Santa Cruz 

de nuestros enemigos 

líbranos, Señor, Dios nuestro 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo 

San Juan Bosco, siempre en la presencia de Dios

Oración Inicial

Oh, Padre Misericordioso, Don Bosco siempre estuvo en tu presencia, en su día a día, caminaba en unión contigo, ayúdanos a nosotros a reconocerte presente en nuestro cotidiano.

Amén

Don Bosco se mantuvo siempre en la presencia de Dios. 

Su vida se caracterizó por una “unión íntima y continua con Dios”, tanto en la oración como en la acción. 

Esta unión no era una mera práctica religiosa, sino una relación profunda con la que impregnaba toda su existencia. 

Testigos afirmaron que parecía vivir siempre absorto en Dios, que se le transparentaba el amor divino en su rostro, en su persona y en sus palabras. 

El permanecer en la presencia de Dios,   le permitía buscar en todo momento su voluntad, dejándose guiar también por María Auxiliadora. 

Don Bosco les recordaba a sus jóvenes que «Dios te ve» en todo momento y lugar.

Nunca te encuentras solo, esta constante fue la fuente de su serenidad y paz interior.

Dice Hechos de los apóstoles 17, 28

«En él vivimos, nos movemos y existimos».

 Pide la gracia que deseas alcanzar de Don Bosco en esta novena.

Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Amén.

Ave María

Dios te salve, María, 
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres 
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. 
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

Gloria

Gloria al Padre
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Amén.

Oración final

A ti, Don Bosco, dirigimos nuestra oración;

Tú eres el Padre, Maestro y Amigo de los jóvenes:

Mira nuestras vidas, nuestros sueños y nuestros miedos,

Enséñanos a mirar al Cielo,

hacia Jesús y María, para que la fe crezca en nosotros.

Caminemos con los pies en la tierra,

Al servicio de los jóvenes más pobres,

amando concretamente a cada persona que conocemos.

Concédenos regocijarnos y estar siempre alegres.

con una vida sin pecado;

Pasemos por las pruebas de la vida.

con la esperanza que inspiró su trabajo.

Enciende en nuestros corazones el deseo de santidad

y ayúdanos a reconocer el sueño que Dios tiene para nosotros.

Amén

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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